miércoles, 23 de febrero de 2011

Galletas.

Ayer salí a comprar porque tenía unas locas ganas de comer galletas.
Compré la típica bolsa de galletas para indecisos, esas que traen de todo un poco.

Siempre empiezo por las galletas que más me gustan y es obvio, las rosaditas.
Pero luego pasa algo, me empiezo a comer las que menos me desagradan, las de vainilla.
Ya al final, termino comiendo las que no me gustan, las cafecitas con crema.

¿Ocurrirá lo mismo en otros aspectos de la vida?

¿Te empezarás a conformar con lo que tienes a mano?